Las compañías y organizaciones que utilizan inteligencia artificial estarán obligadas a tomar medidas para reducir el riesgo de dependencia excesiva en la tecnología, según muestran las directrices preliminares de un panel del gobierno japonés publicadas el sábado.
Las directrices preliminares obtenidas por Kyodo News también instan a los desarrolladores de IA a tener cuidado de no utilizar datos sesgados para el aprendizaje automático, al mismo tiempo que les instan a mantener registros de sus interacciones con la tecnología, que se proporcionarán en caso de cualquier problema.
El panel, encargado de discutir la estrategia de IA del país, se espera que finalice las directrices antes de que termine el año. Japón, que este año preside el Grupo de los Siete países industrializados, también está trabajando con otros miembros en la redacción de directrices internacionales para los desarrolladores de IA.
El proyecto de directrices establece 10 reglas básicas para las empresas relacionadas con la IA, como garantizar la equidad y transparencia en lo que respecta a la protección de los derechos humanos y evitar que se entregue información personal a terceros sin el permiso de un individuo.
También se solicita que se proporcione información sobre cómo se adquieren los datos de un individuo o entidad y cómo los utilizan las partes relacionadas.
Se requerirá que las empresas que desarrollen plataformas de IA, los proveedores de servicios que utilizan la tecnología y los usuarios asuman cierto grado de responsabilidad.
Las directrices establecen principios según las categorías empresariales. Se solicita a los desarrolladores que garanticen que los datos utilizados con fines de IA sean precisos y estén actualizados, y que, preferiblemente, adopten medidas para garantizar que no se pueda acceder a información no aprobada para su uso.
Mientras tanto, se pedirá a los proveedores que utilizan IA que adviertan a los usuarios que eviten ingresar información personal que no deseen que sea accesible por terceros, y que garanticen que sus servicios se limiten a su uso previsto para evitar que actores malintencionados utilicen la tecnología con fines malignos.
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